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UNA MENDOCINA EN BUENOS AIRES.
Pasado de acequias. Presente de adoquines.

Av. Corrientes.


Su nombre —elegido en la primera mitad del siglo XIX— es el de una provincia del noreste argentino, una de las primeras regiones en adherirse a la revolución independentista de mayo de 1810. En 1931 comenzaron las obras para reformar la que entonces era una calle angosta y se reinauguró, ensanchada, seis años más tarde.




Es una de las avenidas más representativas de Buenos Aires y una de las más queridas por los porteños. Aparece mencionada en las letras de muchos tangos, en obras de teatro, en cuentos y novelas.
Ir a caminar por Corrientes, sobre todo entre las avenidas Leandro N. Alem y Callao, es un paseo típico de viernes a la noche o de fin de semana. En ese tramo, es la avenida de las librerías, de los cafés, de los teatros y de las pizzerías.